Broken Bells es uno de los grupos de música que más misterio causa. Será porque aparecen cada cierto tiempo con un tema nuevo, desaparecen, aparecen, hacen salivar a los fans, lanzan un disco. Desaparecen. Postean una imagen en instagram y vuelven a desaparecer.

 

Este es el modus operandi que parecen seguir James Mercer y Brian Burton (más conocido como Dangermouse) los dos componentes de este grupo de rock alternativo o indie, según jerga popular, que  cautivó a la crítica desde su primer sencillo “The high road” y que sigue fascinando a su selecto pero no pequeño grupo de seguidores.

 

Esta carrera que parece intermitente se justifica porque ambos realizan proyectos paralelos a su trabajo en Broken Bells, Mercer es también vocalista de la banda The Shins y Burton es productor musical de grupos como Red Hot Chili Peppers o The black keys. También porque cada sencillo que lanzan al mercado es cocinado a fuego lento, de forma artesanal, consiguiendo un sonido alternativo en el que la importancia de la base instrumental es notable. 

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Música a la antigua, música con gran tradición pero que sorprendentemente encaja como sonido contemporáneo, en una escucha poco conformista por la larga lista de grandes precedentes. 

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Recuerda a os años 80, incluso su estética es muy retro, pero en una época en la que las gafas de pasta y los pantalones campana están de moda, su propuesta es aceptada incluso como vanguardista. Porque (tristemente) pocos músicos lo hacen como estos dos.

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A pesar de todo lo que parecen ser inconvenientes  Broken Bells cumple y suma, pues recientemente han sacado un single, "Good Luck", con el que parecen prometer un tercer álbum, que completaría una triada histórica compuesta por “Broken Bells” (2010) y “After the disco” (2014).

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La espera es lara... ¿merecerá la pena?