RECOMENDACIONES NANAÍSTAS:
PURISMO

"Langosta"
Yorgos Lanthimos. 2015.
Película de corte distópico que propone una realidad sujeta a la necesidad de emparejamiento para ser útil a la sociedad, de forma que cualquier persona que difiera de este sistema será considerado un prófugo y un terrorista.
En este contexto se presenta a David (Collin Farrel), un hombre que acaba de enviudar y que se dispone a comenzar una etapa de 30 días en el hotel, con determinante delante del sustantivo porque es el lugar donde ha de comenzar su nueva vida o quedar condenado para siempre.
¿Y en qué consiste esta condena?
Pues en la transfiguración, nada más y nada menos. Todos aquellos que en el plazo de 30 días y a través de las actividades propuestas por el hotel no consigan emparejarse serán transformados en un animal; de su propia elección, eso sí.
Y de ahí el nombre de la película, pues aquí nuestro protagonista de genuinas ideas tiene como opción favorita la langosta en el caso de fallar en la misión propuesta. Una langosta, ese animal anodino del cual se desconoce su sonido pero que es un alimento cotizado y valorado por sus sabor post-mortem. La metáfora que se construye sola.
Hasta aquí no hay ningún spoiler, simplemente un pequeño resumen de lo que uno se encuentra en las casi dos horas de película, y, como pasa con cualquier otra obra de Yorgos Lanthimos, por mucho que la imaginación vuele todos sus trabajos te acaban sorprendiendo. Antes de terminar es de obligación otorgar un protagonismo especial a la escena de la despedida de las dos amigas, esa carta y esa reacción final. Cinismo puro. Realidad pura.
"They live"
John Carpenter. 1988.
Hay mucho nanaísmo en el cine de los 80 pero si hay una película que se presta como favorita para establecerse como referente es esta obra casi maestra de John Carpenter. Y es casi maestra porque lo atractivo de ella es que no busca ser perfecta.
En esta película se construye la figura del anti-héroe, un buscavidas sin rumbo fijo, un canalla maltratado por las calles y que es en estas mismas donde descubre finalmente su sino: salvar el mundo de los extraterrestres.
Y es que mezclar seres sobrehumanos con el costumbrismo más canalla es más fácil de lo que parece si tienes de todo menos vergüenza; y así es como Carpenter cocinó una de las historias más surrealistas y efectivas del mundo del cine.

A destacar la escena de la pelea: 10 minutos de golpes y puñetazos irrisorios para conseguir que una persona se ponga las gafas de la verdad y sea capaz de ver la realizad. Porque qué difícil es abrir los ojos, ¿verdad?

Una crítica muy dura, durísima, pero matizada con tanto humor e ironía que el espectador es capaz de digerir lo impensable entre risas y cachondeo. Es decir, puro nanaísmo.
"Los Simpson, la película"
David Silverman. 2007.
Varias películas de animación han sido ya nombradas como referentes nanaístas, pero este caso es particular, pues hablamos no sólo de una película sino de una serie de la cultura popular, de unos personajes caricatura de la realidad y un pueblo que está en el imaginario colectivo a la hora de entender la realidad desde otra perspectiva, la de la sátira.
Se trata, como no podría ser de otra manera, de Los Simpsons, una serie casi milenaria que alcanzó uno de sus punto álgidos con su película en el año 2007, en la que se trata de forma directa el mal funcionar de un gobierno, las malas decisiones de los cargos de poder y la locura de un pueblo asalvajado ante la ignorancia de lo que sucede por encima de sus cabezas.
"Harry, un amigo que te quiere"
Dominik Moll. 2000.
Verano. Tres ruidosas hija. Una esposa muy agobiante. El calor asfixiante. Ni el infierno descrito por Dante es tan terrible como las vacaciones de Michel, quien se encuentra sin energía para afrontar tan terribles circunstancias. Entonces aparece Harry, un buen amigo, un ángel salvador dispuesto a rescatar al bueno de Michel, a hacer cualquier cosa para aliviar su pesar. Hasta matar a su familia para conseguir por fin un poco de silencio.
Sí, es un spoiler. Pero no es lo único de la película, lo realmente traumatizante es el devenir de los dos personajes protagonistas: Michel como humano sin capacidad de reacción o decisión, y Harry, el bueno de Harry, la mente pensante que vacila entre locura y generosidad.


"Pieles"
Eduardo Casanova. 2017.
En esta película se acuña el refrán clásico de que siempre hay un roto para un descosido; y es que, si tienes el sistema digestivo en la cara seguramente haya a quien le encante meter la sinhueso por cualquier agujero.
En la ópera prima de Eduardo Casanova -Fidel el de Aída- el espectador puede deleitarse con la belleza de los feo, la perfección de la imperfección y la verdad de unos personajes que aunque singularmente característicos, son tan reales como cualquiera.
"Yo, Daniel Blake"
Ken Loach. 2015.
Noy hay victimismo. No hay pena. Hay hartazgo. Hay ganas de gritar. Hay ganas de convertirse en Daniel Blake y hacer lo que apetezca sin pensar en unas consecuencias que, sean las que sean, no te arrastrarán más al fondo porque ya estás en él.
Y es que todos hemos sido Daniel Blake en algún momento de nuestras vidas, porque Daniel Blake es el álter ego de la clase media-baja y trabajadora, el azote del sistema, el castigo de la burocracia. El defensor de los sinremedio.

"Perfectos desconocidos"
Álex de la Iglesia. 2016.
Que Álex de la Iglesia es uno de los directores referentes del nanaísmo es algo que ya habíamos comentado con anterioridad, y, aunque esta no sea su mejor película, “Perfectos desconocidos” es un retrato muy fiel de cada tipo de relación, pareja y persona.
Empezando por el contexto, esa reunión anual que forzosamente reúne a pseudoamigos que desconfían y se critican unos a otros por la espalda -porque si algo nos ha enseñado el cine español es que el deporte nacional es la envidia- y terminado por ese final a Los Serrano que podríamos exportar a Netflix por una buena prima, se trata de un film para asemejar la personalidad de los personajes a las de tus más allegados.

Una película para regodearte, para sentir que no eres la peor persona del mundo por celar al prójimo y para burlarte desde fuera de la tecnología y su habilidad para joder relaciones.
"El show de Truman"
Peter Weir. 1998.
Que levante la mano quien alguna vez ha pensado ser protagonista de un show como el de Truman.
Sin ninguna duda esta película marcó un antes y un después en el pensar general de la sociedad con respecto a los límites de los medios de comunicación; una sociedad que en aquel entonces estaba empezando a comprender el poder de esta fuerza en el devenir general.
En esta situación se presenta a Truman, un niño vendido a la televisión y protagonista de un show emitido a nivel internacional que creció y se desarrolló a partir de situaciones ficticias, generadas por un director que juega con él arrancándole su libre albedrío. Algo sumamente aterrador y alarmante que, no sólo no provoca una reacción adversa en los telespectadores, sino que les engancha y les hace partícipes de una historia en la que se valora primordialmente la autenticidad de su protagonista.

Sin ninguna duda uno de los castigos más tortuosos es preguntarse en algún momento si la vida es una farsa, si somos víctimas y cómplices a la vez de una mentira generalizada, donde no existe la libre voluntad, donde somos títeres en manos de un dios sin escrúpulos.
Lo más descabellado de esta película es la comedia generada a través de Jim Carrey, ese Truman inocente e ignorante que propicia risas precisamente por pensar que el mundo puede ser un lugar perfecto.

"La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja"
Cory Edwards, Todd Edwards & Tony Leeck. 2005.
Es gracioso recordar los clásicos infantiles y rememorar sentimientos pasados, pero más gracioso es subvertir la ingenuidad de estas historias y transformarlas en una caricatura de lo que fueron.
Es lo que sucede con esta reinterpretación del cuento de “Caperucita roja”, donde la protagonista es la antítesis de todas las princesas infantiles, el lobo es un periodista a punto de resolver una ola de atracos, la dulce abuelita es una mujer todoterreno y el dulce y bueno conejito del bosque es cualquier cosa menos eso.
Más educativa que cualquier película de la fábrica Disney, esta obra demuestra la capacidad de la comedia de desmontar mitos, con la ironía hecha personajes y el surrealismo como motor conductor, estamos antes uno de los clásicos del futuro.
"Lo que hacemos en las sombras"
Jemaine Clement. 2014.
¿Por qué los falsos documentales son tan verdaderos?
Y es que aunque los protagonistas de esta historia sean seres sobrenaturales, como vampiros u hombres lobo, la personalidad característica de cada uno les hace puramente genuinos, seres perfectamente conscientes del entorno hostil y de su necesidad de adaptación-ocultación.
Relatado en ese tono de comedia gracias al cual te enterneces con la espontaneidad de cada acción, de cada palabra, “Lo que hacemos en las sombras” es un disparate sobre los inadaptados con más realidad que un documental del National Geographic.
Ciertamente costumbrista, los vampiros parecen estar ya integrados en el imaginario colectivo, quizás por ello aceptamos esta película como algo más que una broma. Porque es una broma, pero una broma muy buena.


"La fiesta de las salchichas"
Conrad Vernon & Greg Tiernan. 2016.
Sí, no es un error, es una verdad. Esta es, sin ninguna duda una de las películas más nanaístas de la última década pues representa a la perfección esa crítica descarada hacia nuestro sistema, ese saber reírse de lo malo de nuestra sociedad, todo unido por la construcción de unos personajes de chiste que tienen más de humanos que de salchichas.
Destacable la maldad de la ducha vaginal, la disputa histórica representada a través del pan de pita y el bagel, la ensalada final y la reflexión sobre muchos de los debates de más controversias de la actualidad.
Desde el humor, desde la sinvergonzonería y desde la convicción de que una película así debería estudiarse en ética y valores en primero e bachillerato.
"La vida de Brian"
Monty Python. 1979.
¿Quién no guarda cariño a esas vacaciones de Semana Santa viendo las películas de Charlton Heston salvando el mundo?
Nadie.
Por eso la humanidad debe estar agradecida a esta película que renueva, contemporiza y acerca la tradición religiosa a los más escépticos.
Brian es otro anti-héroe, el elegido sin pretender serlo, el mártir que da su vida no por todos sino por error. La gente le quiere por lo que es y no por lo que dice ser, un mensaje completamente opuesto a la historia nevada del Libro Sagrado que hace que el espectador empatice y simpatice con el protagonista más que cualquier otra película de la Factoría Religión.

“La vida de Brian” no es un alegato antieclésiástico, no es una burla ni una mofa a los sentimientos religiosos; es sólo la parodia del desentendimiento, de la incompresión, un camino por el que empatizar con el lado opuesto de la acera, con un humor negro, inteligentemente absurdo, que te hace mirar siempre el lado luminoso de la vida.
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